miércoles, 29 de junio de 2011

Nosotros somos los culpables(I): Sobre esta nueva sección



Dont
Stop
Believing

Si el mensaje no está claro, por favor, volved a leer las tres líneas previas . Venga: probad otra vez. Lo contrario es lo que toda la gente espera oíros decir a vosotros mismos cuando llevéis 15 años a vuestras espaldas como profesores(quizás menos). Pero yo insisto. Dont Stop Believing. Sí, os digo a vosotros, guapísimos chicos y chicas, sabiondos pro 15-M, futuros profesores, o educadores, si preferís el título, puesto que al parecer los padres están ocupados y  sois vosotros los que vais a tener que educar a nuestros hijos. Pero qué digo de vosotros: nosotros somos los culpables. Estamos en 2011, dentro de aproximadamente X años estaré “educando” a esos enanos que entraron en el instituto cuando yo me estaba largando a toda prisa en pos del estrellato universitario.

 ¿Soluciones?


Nos quejamos, nos quejamos y luego volvemos a quejarnos. Se quejaba también Arturo Pérez Reverte (con razón) en la introducción de Las Aventuras del Capitán Alatriste” cómo su hija jamás había dado en historia o literatura el Siglo de Oro Español. Acaso vivimos en un mundo donde la única manera de aprender qué es el Canon de Pachebel o los poemas de Lorca es por nuestra cuenta individual? ¿Acaso la educación que pagamos TODOS no podría al menos “insinuar” un par de nombres al oído del alumno?

 Y lo más importante:¿Por qué cojones me tendría que importar Góngora, si no me lo han “enseñado” en mi maravillosa, feliz vida de estudiante de la LOGSE?¿Quién era ese Góngora? Nadie importante, supongo. Si no, habría oído hablar de él.

Ups.

Seamos honestos. Si la Literatura, la Música, las Artes y en general todo lo que tiene que ver con Letras(aquí un servidor tirándose piedras contra su propio tejado: lo reconozco) funcionan como funcionan es porque, en algún momento, las materias más relacionadas con el estudio del lenguaje y su capacidad de imaginación, creación y respuesta(cuyas posibilidades, son, llanamente, abrumadoras) se han visto impartidas por engranajes atrofiados en una maquinaria aún más dispersa.  

Para poner un ejemplo algo excéntrico: Somos como los programadores de los anuncios de televisión, ni más ni menos: cortamos los diálogos para poner anuncios, incluimos diez, veinte o cinco minutos de publicidad, rompiendo equilibrios, formas y estilos. Alterando el producto. ¿Por qué?¿Acaso no hay unas útiles y simples instrucciones que dicen “aquí entran los anuncios, justo después de que Bart termine una frase de cinco palabras y no a mitad?

¿Costaría mucho seguirlas y así mejorar la calidad del producto? Costaría menos que hacerlo bien que como lo estamos haciendo ahora. 

¿Llegan alguna vez a solucionarlo? No.

¿Por qué?

Directamente, porque se la suda el producto.  Nuestro producto.

En esta nueva sección propondremos temas que jamás  me han enseñado, música, literatura, mil ejemplos(quizás equivocados, quizás no) que trataran de servir como ejemplo cómo poder dar diferentes áreas de diferente forma.  ¿Idealista? Por supuesto. Desde esta atalaya que es Ciencias o Letras no hay otra forma.  Y al fin y al cabo, la alternativa es lo que ya tenemos. ¿Práctico? Quién sabe.Quién diga que no hay nuevas formas de inventar o educar, quién diga que lo mejor es pegar cuatro maravillosos gritos y refugiarse en un temario inacabado y ridículo, por favor, volved a leer las tres primeras líneas. 

 Roma está ardiendo desde hace mucho tiempo. No echemos la culpa a nuestros políticos ni propongamos cambios radicales. No  La culpa es de  nosotros, los que miramos las llamas e intentamos que no nos alcancen mientras escribimos la última chorrada en Facebook. 

Pero yo os lo vuelvo a decir. Que quede claro. Aún quedan edificios en pie.

Dont
 Stop 
Believing





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